Mientras la situación financiera sigue siendo tremendamente negativa y las bolsas de todo el mundo siguen desplomándose una y otra vez a pesar de las medidas anticíclicas promovidas por los gobiernos de la mayoría de los países, entre ellos el de España, nuestro mercado de trabajo se haya en una situación crítica.Todos los días nos levantamos con el anuncio de nuevos EREs (Expediente de Regulación de Empleo), por parte de las empresas, que llevarán a miles de trabajadores a la calle. El paro será lo que más daño haga a la economía española, de hecho la actual crisis económica ha acabado con un periodo continuado de creación de empleo que ha durado 16 años. En el tercer trimestre se han destruido 164.300 puestos más que en el mismo periodo del año anterior y el sector de la construcción es el que más sufre con la pérdida de 354.200 puestos de trabajo a lo largo de estos meses. Lo peor de todo es que las predicciones sobre el futuro siguen siendo desalentadoras, la tasa de paro del último trimestre se ha situado en torno al 11,33%, la peor desde 1994 y la predicción del Gobierno es que 2009 cierre con un 12,5% y 2,9 millones de parados, cifras que contrastadas con la realidad parece que van a ser mucho peores, de hecho en lo que va de año hay prácticamente un millón de parados más que en 2007 (806.000 personas).
Tantos datos pueden marear pero la realidad es que la economía española está destruyendo empleo a pasos desorbitados, con todo lo que ello conlleva. Por un lado el aumento del desempleo produce una bajada enorme del consumo, es sencillo: si tu única fuente de ingresos es el salario que recibes por tu trabajo y esta de un día para otro desaparece ya no podrás comprar tantos bienes y servicios como antes. En los países europeos como España este heho tarda más en producirse debido a los subsidios de desempleo pero en paises más liberales como EE.UU. los efectos son desastrosos en el corto plazo. Si la demanda cae las empresas lógicamente verán reducidos sus ingresos y sus cuentas empezarán a no cuadrar, si esto ocurre reducirán sus costes para volver a tener margen de beneficios y para ello pueden actuar de dos maneras: despidiendo más trabajadores o reduciendo la cantidad de materias primas que demandan (o las dos a la vez). Si despiden a más gente, vuelve a darse el ciclo desempleo-disminución de la demanda y la situación volverá a repetirse hasta un momento determinado: hasta que las Autoridades intervengan o hasta que el mercado se autorregule. Si por otro lado las empresas deciden comprar menos materias primas, el precio de estas disminuirá por los que las empresas encargadas de la obtención de estos recursos ganarían menos beneficios y reducirían su producción por la falta de demanda por lo que despedirían a nuevos trabajadores y así sucesivamente. Por este motivo este círculo vicioso es muy peligroso para una economía porque tiende a destruirla.
En España esta situación se está produciendo debido a la explosión de la burbuja inmobiliaria y a la crisis finaciera internacional. No obstante el empleo en nuestro país es un problema que llevamos arrastrando desde tiempo atrás fundamentalmente porque los sectores en los que se ha venido invirtiendo han sido la construcción y el turismo, sin invertir en un modelo de creciento económico basado en el I+D. Probablemente la crisis actual va a producir enormes desastres económicos, pero puede ayudarnos a cambiar de una vez por todas la estructura productiva y conventirnos, de verdad, en una gran potencia de innovación.
Firmado: Pedro Requena Paños
Fuente: Público
http://www.publico.es/dinero/168035/crisis/ceba
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