AL DÍA CON LA ECONOMÍA

INFORME TRAS LA ENCUESTA REALIZADA CON UN 12% A FAVOR DE QUE REDUCE EL GASTO, UN 75% A FAVOR DE QUE ALGUIEN SACA DINERO DE ESTO Y UN 12% DE NO SABE/NO CONTESTA.

La Comisión Europea estableció un cambio de horario de invierno y de verano unificado para la todos los paises que componen la Unión Europea.
Este horario en Europa está regulado por la Directiva 200/84/CE de 2001 incorporada al ordenamiento jurídico español por el Real Decreto 236/2002.
De esta manera en primavera se adelantan los relojes una hora en la madrugada de un sábado a un domingo, es decir, dormimos una hora menos y en otoño vuelve a ajustarse el reloj ya que no conviene mantener el horario de verano porque se trabajaría muchas horas cuando ya es de noche, con el aumento de consumo de enregía que ello supone, por ello en la madrugada de un sábado a un domingo se retrasa el reloj una hora, es decir, dormimos una hora más.
El supuesto objetivo, y digo supuesto porque más adelante lo pondré en tela de juicio, es aprovechar mejor la luz solar para reducir el gasto energético.
En verano el sol sale antes y se mete más tarde, los días son más largos, asique la modificación horaria intenta hacer coincidir el inicio de la jornada laboral con el amanecer para ganar tiempo a la noche, dicho de otra forma, aprovechar la luz solar.
La seguridad vial es otra de las razones, pues un estudio demuestra que cuanto más tiempo se conduce de día menos accidentes de tráfico se producen, pero eso no es una medida económica por lo que no nos interesa en este análisis sobre el ahorro energético, de hecho, sería negativo ya que al conducir más también se consume más combustible y tambien hay mayor contaminación de CO2 a la atmósfera.
Según en Gobierno los españoles ahorran un 5% de factura en iluminación con este doble horario y un 3% del recibo correspondiente al aire acondicionado, reduciendo también el consumo energético y emisión de gases de efecto invernadero.

Y he aquí la polémica, ¿las familias consumen menos?, o mejor dicho, ¿realmente alguien consume menos?
¿Quién ha trabajado en una oficina, en un almacén o en un taller?¿Quién ha estudiado en un colegio, en un instituto?¿Quién ha ido a la comisaría a renovarse el DNI, a darte de alta en la oficina de empleo o a comprar en un supermercado?
¿Te has dado cuenta de que haya o no haya luz solar las luces están encendidas sí o sí? Que incluso habiendo luz solar se echan las cortinas y se encienden las luces... en mi universidad como en tantos otros sitios así es...
¿Entonces por qué tratan de convencernos de que este horario reduce el consumo energético mediante el ahorro de luz artificial en la jornada laboral?
La respuesta es sencilla, no se reduce el consumo de luz en el trabajo porque no somos nosotros los que la pagamos... excepto autónomos y el pequeño comercio que tal vez están algo más concenciados pero que tampoco tienen mucho margen de decisión, ya que la luminosidad en una tienda es un factor importante para la venta y suelen ser tiendas con una única pared por la que entra luz solar por lo que no les quedan más remedio que encender la luz.
Digamos entonces que se trata de una medida económica para la jornada laboral que no economiza el consumo energético, asique centrémonos entonces en los hogares.

En invierno al atrasar una hora el reloj anochece antes con lo que a las 18:00 ya es de noche y esos trabajadores de los que hemos hablado antes que trabajan con luz artificial, al llegar a casa vuelven a encender la luz y en muchos casos también la calefacción.
Podriamos decir que también amanece antes, en torno a las 08:00. pero claro a esa hora mucha gente ya ha salido de casa dirección al trabajo.
En verano al adelantar una hora el reloj anochece más tarde, sobre las 21:00 o así. La gente es cierto que no tiene tantas luces encendidas pero es que en ésta época el mayor gasto energético viene del aire acondicionado, asique si anochece más tarde el aire está en funcionamiento durante más tiempo.
Y cómo no durante la jornada laboral las luces siguen encendias y el aire acondicionado generosamente funcionando.

Resumen: Durante la jornada laboral el gasto energético permanece indiferente ante los cambios de horario, ya sea de día, de noche,haga frío o calor... y las familias son las que pagan el pato, que sí que notan su gasto energético en la factura, de hecho, si en invierno dura menos el día y anochece antes, deberíamos adelantar el reloj (en vez de atrasarlo) ya que duraría más la luz solar y conseguiríamos reducir el gasto en calefacción, ya que esta luz solar aunque no caliente, la sensación ante la oscuridad es distinta.
Y en verano deberíamos atrasar el reloj (en vez de adelantarlo) para que anocheciera antes, y la temperatura se equilibrara en una temperatura media y no se hiciera un gasto innecesario del aire.

Cada uno puede tener su opinión, ésta es la mía, no me baso en datos empíricos, pero se de lo que hablo, y aunque no analice muchas otras variables, este modelo se centra en el ámbito de la empresa y del hogar, y de esta manera confirmo que somos los grandes perjudicados, de hecho, sino estás de acuerdo, te invito a que me des tu opinión.

Firmado: Jose Bueno